Una semana en la vida de una coordinadora de voluntarios04 Septiembre 2004 La reunión de las Comisiones Nacionales para la UNESCO de la región europea y América del Norte se celebró, por primera vez, en Suiza. Participaron cerca de unos 180 representantes de 60 paÃses diferentes. Los delegados venÃan de diversos paÃses europeos, asà como de Canadá, los Estados Unidos de América e Israel. También estaban presentes observadores de Arabia SaudÃ, China, Irán, Libia, MalÃ, Nueva Zelanda, Uzbekistán y Sudán. Hemos hablado con Sabine Deiringer, una estudiante de doctorado en antropologÃa de la Universidad de Cambridge y que ha hecho prácticas en ICVoluntarios durante tres meses. Sabine coordinó el equipo de voluntarios de la conferencia. La reunión, organizada por la Comisión Nacional suiza para la UNESCO, en estrecha colaboración con la UNESCO y el Departamento federal suizo de asuntos exteriores, estaba estructurada en dos partes: (1) Preparación del Proyecto de Programa y Presupuesto para 2006- 2007 por los Directores Generales y (2) la XIV Conferencia Cuadrienal de las Comisiones Nacionales para la UNESCO de la Región Europa. Esta conferencia se consagró al decenio de la ONU a la educación y al desarrollo sostenible 2004-2015 y formuló recomendaciones sobre las numerosas contribuciones posibles de las Comisiones para el decenio. Sabine Deiringer nos describe su experiencia: "Coordinar un equipo de diez voluntarios para la reunión de la UNESCO fue mi primera 'gran tarea' en ICVoluntarios. Me fui a Zurich cargada con documentos relacionados con el proyecto, una lista de contactos de voluntarios y de camisetas de ICV, dispuesta a conocer a los representantes de la secretarÃa de la conferencia la noche antes de que los voluntarios empezaran a llegar. Ya conocÃa a dos de los participantes en el programa de voluntarios gracias a mi colaboración como voluntaria en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información en diciembre de 2003. Ambos trabajaban a tiempo completo y me impresionó que estuvieran dispuestos ser voluntarios durante los varios dÃas que duró el evento. Una vez acostumbrada al impresionante interior del hotel y al ambiente de la conferencia, y no demasiado contenta de saber que no tenÃa habitación reservada, me sentà subyugada por el buffet asiático al que me invitaron los organizadores... ¡No recuerdo cuanto comà aquella noche! ¡Hasta me comà el litchi en la copa de champán! Pero la conversación me hizo recordar porqué estaba ahÃ: debÃa coordinar un equipo de diez voluntarios responsables de la recepción y el registro de los delegados, del punto de información y administrar la ayuda logÃstica a la secretarÃa. Pronto me encontré con la otra persona encargada de los voluntarios, Cristina, una rumana estudiante de medicina que vive en Berna. Tras una breve introducción en la secretarÃa empezamos a dar la bienvenida a los voluntarios. Me sorprendió agradablemente sus mentalidades abiertas y las ganas que tenÃan de empezar a trabajar inmediatamente. TenÃan entre unos veinte y sesenta años de edad, y provenÃan de todas las clases sociales, cada uno con sus propias razones para hacer voluntariado en un acontecimiento semejante. Lo que me impresionó más fue la disponibilidad de Viviane, la secretaria general de la Comisión Nacional Suiza para la UNESCO. A pesar de ser la organizadora responsable de todo el evento, encontró tiempo para dar la bienvenida a todos y para explicarnos lo que tenÃamos que hacer. También nos animó a ir a verla a ella o a su asistente en caso de que tuviésemos alguna duda o pregunta. Una vez empezada la conferencia también me sorprendió la flexibilidad de los voluntarios y de los organizadores. Aunque estábamos allà para coordinar la recepción de los delegados, habÃa muchas más cosas que hacer. Nunca nadie se negó a hacer trabajos de otro tipo. Además de ser puntuales, desempeñaron su trabajo de manera eficaz en todas las tareas que les encargamos. Más de una vez, Annalisa, de la UNESCO, y yo, tenÃamos que obligarles a hacer una pausa, ¡para que se tomaran un café! Mi gran miedo era no saber motivar a la gente y parecer autoritaria, pero más tarde me di cuenta de que mi temor era infundado. A menudo, los voluntarios actuaban por propia iniciativa y encontraban cosas que hacer, y aquellos que no sabÃan qué hacer estaban muy contentos de recibir órdenes precisas. Sólo uno de los voluntarios que estaban inscritos falló y no conseguà localizarlo. Más tarde me dijeron que era raro pero que de vez en cuando pasan cosas asà en el mundo del voluntariado." Mi compañera Cristina ayudó a los voluntarios constantemente. Al final estábamos todos cansados del ambiente pero acabamos haciendo amistad con los otros voluntarios y delegados. Esta experiencia me ha dado la oportunidad de aprender que no siempre es fácil satisfacer los deseos de los delegados de las conferencias. Algunos de ellos iban a buscarle los tres pies al gato mientras que otros nos trataron fantásticamente durante la cena. Trabajar en estrecha colaboración con el ponente especial de la declaración que debÃan entregar a la UNESCO los representantes de Europa y América del Norte ha sido una experiencia fenomenal. Los voluntarios trabajaron de cuatro a seis horas diarias, y Cristina y yo siempre éramos las primeras en llegar y las últimas en irnos. Una vez que acabó la conferencia, "¡dormà dos dÃas seguidos sin parar!" MásTambién verPublicado: 2006-11-05 Actualizado: 2011-4-30 |